
Parábola del Buen Pastor
El buen pastor
Mucha gente se preguntaba: -¿Quién es Jesús? ¿De dónde vino?» Una y otra vez se hacían las mismas preguntas. Jesús sabía esto y les dio su respuesta.
«Soy el buen Pastor». Entonces les pintó un cuadro con palabras. Así sabrían por qué se llamaba a sí mismo el buen Pastor.
«Soy la puerta para las ovejas». El pastor permanece en la puerta principal. Él sabe cuáles son sus ovejas y deja que sus ovejas pasen por la puerta. Mantiene alejados a, todos los animales salvajes que podrían lastimar a sus ovejas. El buen pastor hace todo lo necesario para cuidar a su rebaño. Hasta moriría por salvarlo. Corno las ovejas son suyas. No huye cuando llega el lobo. Nunca permite que sus ovejas sean destruidas. Eso es lo que haría el que fuera empleado para esa tarea. «Soy el buen Pastor. Conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí. Doy mi vida por mis ovejas. Doy mi vida para poder tenerla de nuevo. Esto es algo que el Padre me permite hacer».
Muchas personas se sintieron muy complacidas cuando oyeron a Jesús decir eso. Querían creer que él era su verdadero buen Pastor.