Cuatro hombres en el techo

Un día vinieron muchas, muchas personas a escuchar a Jesús que predicaba en casa de un amigo. Se amontonaron alrededor de la pequeña casa. Trataban de escuchar al menos unas cuantas palabras de lo que Jesús decía.

Cuatro hombres que llevaban una camilla trataban de abrirse campo entre la gente. «¡Déjennos pasar! ¡Déjennos llegar hasta Jesús!», gritaban. Como vieron que nunca pasarían de la puerta, dos de ellos subieron al techo de la casa. Los otros dos les lanzaron cuerdas para que pudieran subir la camilla al techo. En la camilla estaba un hombre muy enfermo. Él no podía moverse. Los cuatro amigos lo habían llevado a ver a Jesús. Ellos sabían que Jesús lo podía sanar.

Los cuatro hombres comenzaron a quitar tejas del techo. ¡Estaban haciendo un hueco! Dentro de la casa, la gente que escuchaba a Jesús comenzó a oír ruidos sobre ellos. Levantaron la vista y, de repente, cayeron pedazos de teja y polvo sobre ellos. Después vieron con asombro cómo por el hueco bajaban a un hombre enfermo atado a una camilla.

Jesús vio todo el esfuerzo que habían hecho los amigos del enfermo.

Le dijo al hombre que todo lo malo que había hecho ya no importaba. Podía comenzar de nuevo. Jesús le dijo: “Ahora levántate y vete a casa”.

El hombre hizo lo que le dijo Jesús, y se levantó como si nunca hubiera estado enfermo. “! Gloria a Dios! ¡!”Este es en realidad su hijo ¡El hombre y los cuatro amigos gritaron y cantaron durante todo el camino de regreso a casa.