No estamos solos
Los discípulos de Jesús le preguntaron: «¿Qué pasaría si alguien nos engañara? ¿Si alguien hiciera algo realmente malo?»
Jesús les dijo que si alguien los maltrataba, deberían primero ir a ver a esa persona a solas. Deberían tratar de arreglar las cosas con amabilidad. «Si eso no da resultado, entonces háganse acompañar de sus amigos», les dijo. Sólo cuando la persona se niega a admitir su error, entonces hay que reportarla.
El Señor esbozó su sonrisa amplia y sincera. «Recuerden, siempre voy a estar con ustedes. Cada vez que dos o más de ustedes se reúnan, estaré escuchándolos. Estaré ahí con ustedes, en la misma habitación, escuchando sus oraciones».
Por eso es que nunca estamos solos. Aunque no podamos ver a Jesús, él está a nuestro lado, cuidándonos.