Amán y Mardoqueo

La historia de Amán y Mardoqueo

En la antigua Persia, Mardoqueo, un noble judío, deambulaba a diario por las afueras del palacio real. Su preocupación era Ester, quien, a pesar de ser reina y tener todo lo que deseaba, todavía necesitaba su amor paternal.

Dentro del palacio, un hombre llamado Amán ostentaba gran poder, solo superado por el del rey. Amán tenía la costumbre de exigir que todos se arrodillaran ante él al pasar. Pero entre todos esos súbditos, había un hombre que se resistía a inclinarse: ¡Ese era Mardoqueo!

Mardoqueo conocía bien el origen de Amán. Sabía que provenía de los amalecitas, enemigos de Israel, y por nada del mundo iba a postrarse ante un enemigo de su pueblo.

Cada vez que Amán pasaba, Mardoqueo se mantenía firme y no se arrodillaba. Esta rebelión alimentó la ira de Amán hasta el punto de no solo desear la muerte de Mardoqueo, sino de todos los judíos.

Amán logró convencer al rey para ejecutar su vengativo plan. Sin entender completamente la trama de Amán, el rey accedió y se enviaron cartas a todo el reino. El mensaje era aterrador: en un año, todos los judíos, sin importar su edad o género, debían ser exterminados.

La historia de Amán y Mardoqueo es un relato impactante y emocionante de la Biblia, repleto de lecciones importantes. Es un recuerdo de la importancia de mantenerse firme en nuestras creencias, incluso en tiempos de adversidad.

Esperamos que esta versión simplificada de la historia de Amán y Mardoqueo haya sido interesante y fácil de entender. Comparte este fascinante relato bíblico con otros para difundir su valioso mensaje.